La enrevesada situación política generada en Cataluña con el desarrollo del denominado “procés” hace que se den unas circunstancias esperpénticas dignas de las mejores creaciones de nuestro mejor Don Ramón Mª Del Valle-Inclán.
Sin querer entrar en las causas ni pretender buscar los responsables iniciales que originaron el referido enredo nos encontramos con una Comunidad Autónoma, Cataluña, partida, políticamente, por la mitad en la que una de las dos partes lucha por conseguir su autodeterminación y su independencia del resto de España y la otra se afana en defender su permanencia en la nación común, haciendo valer, cada una de las partes, los argumentos legales que considera que son de aplicación.
El enfrentamiento de las dos posturas tan enconadas produjo una situación extrema tal, que la parte independentista llegó a declarar la ya famosa “DIU” (declaración de independencia unilateral).
Llegados a esta situación, la parte constitucional, como no podía ser de otra manera, recurrió a los tribunales de justicia con la denuncia de los hechos que dieron lugar al desarrollo de un procedimiento judicial y a la conclusión con una sentencia que dicta penas de prisión, en diferentes cuantías, para los responsables jurídicos de esas acciones.
Durante el tiempo que dura el procedimiento judicial, se producen avatares políticos tales como una moción de censura con sustitución de gobierno y nuevas elecciones que producen una representación parlamentaria tan fragmentada, que obligan a buscar una mayoría para elección de presidente que tiene que pasar por la colaboración, con su voto afirmativo o abstención, de una de las fuerzas independentistas.
La colaboración de la fuerza independentista la consigue el partido gobernante en forma de abstención. Después de intensas negociaciones que, en principio, y según sus propias manifestaciones, no tenían más condicionantes que la obligación de iniciar un diálogo entre las partes tendente a conseguir una solución política al problema generado.
Se daba la circunstancia de que la información era diferente según quien fuese el informante, para unos el compromiso sólo era de diálogo y para los otros era la consecución de los objetivos perseguidos y no alcanzados en el denominado “procés”.
El paso del tiempo y el discurrir de los hechos viene a darles la razón a aquellos que informaron de que los acuerdos exigían la realización de lo que los independentistas pedían. Entre otros:
Encuentros entre gobiernos España/Cataluña de igual a igual
Mesa de negociación entre representantes de ambos
Consulta (referéndum en territorio catalán) de lo acordado en esa mesa de negociación.
Resolución (libertad) para los presos juzgados y penados por los tribunales de justicia.
El proceder del gobierno en el desarrollo de los hechos, en el momento en que estamos, es lo que me hace plantear la pregunta del título de este comentario “¿seremos tontos?”. Y me explico:
Nuestro presidente tiene concertada una entrevista vis a vis con el de la Comunidad Catalana.
Una vez hecha la entrevista se conformará y echará a andar la comisión entre gobiernos
Nuestro gobierno español acepta la realización de la consulta (referéndum) de las conclusiones a que lleguen en la comisión creada al efecto, y por ultimo
Nuestro gobierno español esta planteando la reforma del Código Penal para rebajar las penas actuales del delito de sedición, por el que están juzgados y condenados los cabecillas de la rebelión. Esa rebaja sería de obligada aplicación, así lo exige la ley, a los penados por este delito, lo que supondría su salida inmediata de prisión.
El argumentario político de defensa de nuestro gobierno para la realización de estas medidas lo hacen diciendo que: El presidente no se reunirá sólo con el de la Comunidad Catalán a, luego lo hará con los del resto de las Comunidades. Para las reuniones de la comisión y su consulta posterior, juran y perjuran que no se tratarán tema alguno que pueda afectar al resto de las Comunidades y por último, y este ya es de traca, que la reforma del Código Penal es porque debemos adaptarlo a lo legislado en otras naciones de la UE.
Señores del gobierno, soy de la opinión de que quizás haya que asumir la realización de medidas excepcionales para tratar de poner en vías de solución el problema catalán, pero lo que no deberían hacer es tratarnos como a niños del colegio y contarnos una milonga equivalente a la que nos decían en otros tiempos de que los niños vienen de Paris.
Si han conseguido el apoyo de los independentistas para formar gobierno, deberán tener la responsabilidad y valentía de decirnos la verdad de sus compromisos. Tratar de engañarnos y esquivar su responsabilidad, no es digno de un gobierno que se precie. Las acciones de gobierno deberán hacerse desde la claridad y el convencimiento de su procedencia. Eso entraña riesgos de desgaste político, pero para eso están en el gobierno de la nación. Tengan en cuenta que cuando el líquido es blanco, está en botella y si lo pruebas sabe a leche, ¡es leche!. NO CREAN QUE SOMOS IDIOTAS.
Pues un poco idiotas si que somos. Cuando pasa algo así siempre pienso en la frase “tenemos los políticos que nos merecemos”, parece ser que, por lo menos políticamente, no hemos alcanzado la mayoría de edad. Viene al pelo una canción de Los Ronaldos que se titula “Idiota”. ¡Celebramos tu vuelta al mundo bloguil!
Pues un poco idiotas si que somos. Cuando pasa algo así siempre pienso en la frase “tenemos los políticos que nos merecemos”, parece ser que, por lo menos políticamente, no hemos alcanzado la mayoría de edad. Viene al pelo una canción de Los Ronaldos que se titula “Idiota”. ¡Celebramos tu vuelta al mundo bloguil!