Como quiera que, en la mayoría de los municipios españoles, el resultado de las últimas elecciones no permitió la formación de gobiernos municipales de un solo partido, los políticos tuvieron que negociar la formación de mayorías de gobierno que posibilitasen la formación y toma de posesión.
El espectáculo de la negociación fue, en algunos casos, de verdadera vergüenza. Observar como los, hace pocos días, acérrimos enemigos se convierten en amigos entrañables, felices y contentos de poder llegar a acuerdos, (10 días atrás considerados, por ellos mismos, imposibles), que permitirán “gobiernos sólidos” capaces de hacer una gestión ilusionante y necesaria para poder ponerse a trabajar.
Una vez realizados los fastos de toma de posesión con la parafernalia típica de estos casos: utilización de los salones nobles debidamente engalanados, maceros guardando las espaldas a los representantes del pueblo, entregándose el bastón o vara de mando, discursos programáticos prometedores de un, casi ideal, periodo de bonanza y felicidad que va a ser el deleite de toda la ciudadanía, etc. etc. y para terminar la promesa de que, inmediatamente, se van a poner a trabajar para cumplimiento de todo lo ofrecido.
Trascurridos dichos fastos, felicitaciones, etc. efectivamente, empiezan a trabajar por el bien de los ciudadanos. La primera tarea en la que ocupan su tiempo y que, atendiendo a lo ofrecido, deberá ser las más urgente y demandada es:
FIJARSE EL SUELDO DE TODOS LOS COMPONENTES DE LA CORPORACIÓN Y DE SUS COLABORADORES/ASESORES
¿Será posible que nuestros gobernantes consideren que la fijación de su salario es la tarea más urgente y demandada por todos?
Observemos que, salvo raras excepciones, siempre hay consenso entre las diferentes formaciones políticas para acordar sus sueldos, por muy diferentes ideologías que estén representadas.
Convendría resaltar también que, en la mayoría de los casos, los salarios que se fijan siempre son mayores a los precedentes.
Creo que va siendo hora de que los políticos y sus organizaciones dejen de considerarnos “tontos” y cuiden sus formas y sus tiempos. No pretendan hacernos “comulgar con ruedas de molinos”.
Evidentemente, tienen que recibir una remuneración económica por su trabajo, que en algunos casos está por debajo de la que pueden merecer, pero su cuantificación, no es la mayor urgencia que tenemos sus administrados y no debería ser la primera medida acordada.
Lo de que los políticos vienen «a servirnos» es una mentira tan grande que no se con que compararla. No viven del aire y todas las necesidades que tiene el ser humano, son idénticas a las suyas. Por lo tanto, comen, se visten, viajan y, en definitiva consumen como cualquier hijo de vecino. Por lo tanto, nadie lo duda, necesitan un sueldo.
Creo que todas las prebendas, de las que se benefician en exclusiva, no deben ser reguladas por ellos mismos sino por la sociedad a la que representan. Creo también que su sueldo debe ser sensiblemente superior al salario medio nacional por si fuera en alguna medida capaz de evitar alguna tentación y corruptela (aunque sinceramente lo dudo) por ver pasar y decidir infinidad de posibilidades que les permita dar «el tan temible pelotazo» .
Ahora bien, el anterior alcalde coruñés con sus 40.000 € de salario anual (a todas luces vergonzante, que no ejemplarizante por comparación con el resto de sus colegas), se lamentaba seguidamente al no poder contar con los mejores asesores por estar el salario que ofrecía totalmente «fuera de mercado»
En resumen: Salarios decentes, si. Prebendas y beneficios injustificables, no. Regulación exhaustiva ajena a ellos mismos y amplias penas de cárcel por corrupción y obligación para poder redimir la pena fijada basada en la devolución íntegra del último euro robado.
Aquí en Uruguay, la cuestión con los políticos, no cambia mucho con la situación de ustedes.
Prebendas, partidas para «prensa escrita», autos con chofer, etc, etc.
Hay diputados y senadores con varios períodos parlamentarios en sus espaldas o calentando bancas….INADMISIBLE.
Soy republicano y demócrata….pero cosas para pulir, hay.